Las tetas de Hillary Clinton

Algún día os arrepentiréis de tener Facebook. ¿Por qué? Pues porque tal vez hoy sí que os haga gracia que la gente pueda veros en fotos y leer todos los comentarios, pero algún día alguien leerá o verá algo que no debería haber visto y entonces tendréis problemas. Sino preguntarle al pobre Jon Favreau qué le ha pasado.

La cuestión es que una bonita noche de celebración, al futuro responsable de discursos de la Casa Blanca se le ocurrió hacerse una foto con una silueta de cartón de Hillary Clinton. ¡Qué tonto! Pensaréis. Pues sí. Y no. Justo cuando supo que iba a ser nombrado como equipo del señor Obama, corrió todo lo que pudo para conectarse a Internet y retirar todas las fotos de su perfil de Facebook, pero llegó demasiado tarde. Se ve que la modificación tardó un par de horas en hacerse efectiva y cuando la gente supo de su nombramiento, accedió a su perfil y se encontró al muchacho apretando con su mano derecha el pecho de la excandidata a la presidencia. Éste es sólo un ejemplo de lo que puede ocurrirte teniendo Facebook con fotos y comentarios públicos. Hay que tener mucho cuidadín porque lo que hoy no te importa que se sepa, puede que mañana sí.

Pues nada. Que adiós.

Piespi

Vamos por partes. Mi intención es hablar sobre publicidad interactiva, pero mis pensamientos están un poco liados. De aquí hasta que diga lo contrario, voy a hablar sobre cómo funcionarían en España los anuncios donde tú puedes apretar a un botón para interactuar con ellos. El mensaje principal que quiero transmitir es que funcionaría, pero en muchas ocasiones mal. ¿Por qué? Pues sigue leyendo.

Primero de todo, mientras sea una novedad seguramente sí que apretarías a la lucecita roja para probar. Pero cuando lleves cinco años viendo lucecitas rojas que te invitan a adentrarte en un mundo donde el objetivo es que compres algo, creo que pasarías. Yo cuando veo la tele (si es que la veo) es para ver un programa no para jugar a juegos de publicidad, para eso me pongo la Play, la Psp (Piespi, según Laura Espinach. Pé ese pé, para los demás), la Megadrive o el Pc. Y sí, el primer día todos jugaríamos. Pero al cabo de poco, estaríamos cansados.

Segundo, imaginad que estáis viendo la tele en compañía y de repente viene la publicidad. Y vosotros os ponéis a interactuar con el mando a distancia olvidándoos de vuestros invitados o familiares. Pues no. Si hay más gente en el sofá es muy molesto que empiecen a tocar cosas sin tú poder hacer nada.

Tercero, cuando llega la hora de los anuncios es el momento de pasar a otras cadenas para ver qué hacen. Lo cual me parece infinitamente más interesante que esperar a ver los anuncios a ver si alguno te llama la atención. O también se puede aprovechar para ir a dar una vuelta por tu casa o ir a Internet o al WC o a la cocina a comer algo o muchas otras cosas.

Cuarto, ¿Por qué ver la programación de la televisión cuando ellos te dicen? ¿No es más fácil descargarte el programa de la Cadena y verlo cuando tengas tiempo? Así te ahorras ver todos los bloques publicitarios. Vale que la gente mayor no sabe usar Internet, pero cuando eso de la publicidad interactiva llegue a España los mayores seremos nosotros.

Y todo eso por no contar con los problemas que acarrearía a los anunciantes pagar 20.000€ por colocar un anuncio en séptima posición cuando la mitad de la gente se habrá quedado por el camino jugando a otros spots.

En definitiva, que la interactividad en spots de TV me parece excelente comparado con lo que ahora tenemos. Pero me parece deplorable en relación a las posibilidades que tiene Internet.

ZP me enseña inglés

¿Para qué queremos la televisón? Lo único que se me ocurre es que para enchufarla al ordenador y tener una pantalla de 42 pulgadas. Pero bueno, la cuestión no es esa. La cuestión es que la gente joven civilizada se conecta Internet y se olvida de la pobre, vieja y desfasada TV. Pero claro, hay un pequeño inconveniente en eso. Mis padres, abuelos y algún que otro familiar, conocedores que estudio publicidad, siempre me preguntan “¿has visto ese anuncio tan bueno de Gas Natural?”. A lo que yo les contesto “No, no veo la tele”. Y ellos insisten y se me ponen a cantar la cancioncita “Ahora por cuatro duros me cambio a gas natural” pensado que si se ponen a cantar sí que lo he visto. Entonces llega el momento en que me dicen que para qué estudio publicidad si no la veo. Y yo les explico que no me interesa lo que la TV me ofrece, que prefiero entrar en youtube y aprender inglés viendo al señor ZP.

Y pensado he llegado a la conclusión (hoy, 23 de noviembre, tres años y pico después de empezar la carrera) que yo quiero estudiar publicidad para intentar que quien tenga que ver los anuncios los vea. Si los jóvenes no vemos la televisión tienen que abordarnos des de Internet. Tienen que invertir muchísimo más de lo que se está haciendo en este medio y tienen que esforzarse en crear nuevos formatos más rompedores e interesantes que los banners y similares. Hace muy poco salió publicado que Youtube iba a incorporar publicidad. Me parece excelbilloso. Así cuando tenga otra reunión familiar podré ponerme a cantar con ellos “Cada mañana es lo mismo, vivo en la era glacial. Ya no aguanto este frío. Me cambio a Gas Natural”.

Dios existe

No se me ha ido la cabeza. El otro día me llamó por teléfono y me dijo “Hola Andrés, soy Dios. Y lo he estado pensado pero no puedo darte dinero”. En realidad leído no queda tan impresionante como en verdad fue. Intentad entonarlo con esa voz tan profunda que tiene Él. La cuestión es que me vinieron tantas cosas a la cabeza que no supe qué decir. Pensaba que si Dios sabía que quería dinero, también sabría todas las veces que le he insultado y que a lo mejor no me daba la pasta por ser un alma pecadora. Luego pensé que podría haber utilizado su telepatía para hablar conmigo y no algo tan rudimentario y cutre como el teléfono. Un segundo después, intenté visualizar cómo llevaría el recuento de todas las demandas de 6.000.000.000 de personas y cuántos idiomas dominaría para comprender todas las peticiones. Todo eso antes de que me preguntara “¿Sigues ahí?”. A lo que yo le contesté “¿Quién coño eres?”, pues empezaba a pensar que era la nueva estrategia de Marketing de Jazztel para captar clientes.

Al poco, descubrí que Dios no era Dios. Era un amigo. Vaya decepción. Resulta ser que leyó una entrada anterior titulada “Email para Dios” y que quiso gastarme una broma, pues en ella le exhortaba al Todopoderoso un poquito de dinero. Pero cuando colgué empecé a pensar…¿Cómo ha llegado a mi blog? No creo que una página titulada allscrusmaicouen (ajos crudos nunca cuecen para quien todavía siga pensado que es alemán) sea fácil de encontrar. Entonces fue cuando de verdad me asusté. Yo no tengo facebook, ni soy miembro de ninguna comunidad, ni salgo en Internet poniendo mis nombres…Vamos que no existo para nadie (como a mí me gusta, pasar desapercibido). Pero él me encontró sin que yo le dijera nada. En Internet hay algo oscuro. Algo que me da muy mala espina. Yo os advierto: tened mucho cuidado.

Vísceras y sangre

El otro día un banner me engañó. Bueno en realidad dejé que me engañara. Todo comenzó el sábado por la mañana cuando me conecté al Messenger. Como no tenía amigos ni nada que hacer, centré mi atención en un banner que me proponía matar a unos lindos patitos amarillos. Como me gusta tanto la violencia acepté el juego para ver si veía un poco de sangre y vísceras de buena mañana. De lo que no me di cuenta era que tenía que matar a quince bichos como máximo. La cuestión es que empecé a disparar y disparar y cuando más excitado estaba (por ver tanta sangre, no por cosas raras como la pornografía) el juego se apagó y apareció una pantalla con tres pestañitas donde podía leerse “Vodafone”, “Orange” y “Movistar”. Supongo que os imagináis qué pasó. Sí, estaba tan concentrado disparando que caí en la trampa e intenté aniquilar a Vodafone. Todo lo que pasó después es mejor que no sea relatado. Sólo os digo que mi ordenador acabó un poco abollado de los golpes que le di.

Lo importante del asunto no son los golpes que recibió el ordenador porque al fin y al cabo yo no quería hacerle daño. Lo que más me preocupa es que usen estrategias tan turbias para conseguir un clic. Se aprovecharon de mis ansias de sangre y destrucción para conseguir que apretara al botón para descargarme un multitono de esos. Creo que deberían replantearse qué hacer para llamar la atención. Porque el sábado por la mañana dio la casualidad que me pillaron en un momento de debilidad, porque sino no habría clic posible. Primero, porque ni siquiera sé qué estaban anunciando. Y segundo, porque nunca veo esos banners porque no llaman nada la atención. Así que espero que la gente que tiene páginas web de politonos y descargas de cosas para móviles contacten con alguien que les enseñen qué deberían hacer y qué no. Porque la próxima vez que me hagan lo que me hicieron, os juro que…

Safari en Sudáfrica

Érase una vez un hombre que se fue de safari a Sudáfrica para ver animales en estado salvaje y se convirtió en un director de cine cuya primera película fue vista por 39.000.000 de individuos. Para que te hagas una idea, la película REC sólo ha sido vista por unos 4.000.000 de personas en todo el mundo. Con la diferencia que la primera tiene una duración de 8 minutos, no tiene guión ni presupuesto y la segunda costó más de tres millones de euros y semanas y semanas de trabajo duro. Pero, ¿qué hizo este hombrecillo para lograr tal hazaña? Grabar a unos leones atacando a un pequeño búfalo y un cocodrilo intentándoselo quitar. Mientras que la manada de búfalos planea una terrible venganza para asustar a las leonas.

Pues ahora resulta que además de todos los espectadores que han disfrutado con el video, National Geographic lo ha convertido en reportaje y lo ha emitido por televisión. Ha remasterizado la imagen y el sonido y ha invitado al videoaficionado y al guía de la expedición a que comenten las imágenes. Así que yo os animo a que grabéis a vuestros pájaros mientras se reproducen o peleas de gatos y lo colguéis en el youtube porque puede que dentro de poco alguna televisión os llame y os convierta en directores famosos.

Email para Dios (no perdáis el tiempo si no sois Él)

Querido Dios Todopoderoso:

Tengo un problema cíclico que nunca se acaba. Y necesito de tus conocimientos informáticos o de tus poderes supremos para resolverlo u acabaré por autodestruirme (como Schwarzenegger, pronunciado esbatseneguer según TV3, al final de Terminator 2. Y lo siento por si no has visto la peli y te he jodido el final.)

La cuestión es que en mi correo electrónico tengo 562 mensajes no leídos. Y eso que cada día me dedico a hacer limpieza de los que no quiero leer, pero no sé cómo lo hacen pero parece que saben que no los leo y me llegan todavía más. Que si quiero viagra, que si quiero ir a un evento de networking organizado por Bestratén, que si aquí tienes la parte de mi trabajo, que si Generación05, que si quiero ganar mucho dinero… Lo que quiero es que me digan “abre este email y todos los que no quieres se borrarán”. Pero eso nunca lo dicen. A veces tengo miedo de conectarme al Messenger por si el número de emails no leídos ha llegado a 600. La cuestión es que me llegan tantos emails de cosas que no sé qué son, o que no me interesan, que los que sí deberían interesarme los borro directamente y no me entero de las cosas.

Y sí, podrías pensar que un día debería dedicarle tres o cuatro horas a ir borrando uno a uno o borrar todos los emails (incluidos los que quiero consevar). Pero la cuestión es que ya lo he hecho alguna vez y en menos de quince días he vuelto a estar con 100 emails pendientes.

Yo sólo te pido dos cosas. La primera es que las empresas se den cuenta que el mailing no sirve para nada y nos dejen de molestar. Yo no conozco, ni conoceré a ningún individuo cuya afición sea perder el tiempo abriendo emails que digan consigue un 6% TAE con tu nueva cuenta naranja. Hay formas más interesantes y menos molestas de intentar llegar a la gente.

La segunda, ¡oh, Señor Dios!. Es que cuando tengas un tiempo me borres los 562 emails no leídos de Hotmail y los 148 del correo de la uni. Y si por lo que sea te llega mi súplica también me vendría bien algo de dinero, si no es mucha molestia claro.

Gracias por atender a mis demandas, Dios.

PD: ¿A qué dirección te envío el email?