Eso de que unos pocos individuos que saben cantar venden mucho más discos que los que no somos tan dados a entonar cánticos es muy cierto y lógico, de momento. (Me refiero a individuos sueltos, no el conjunto de los que sí saben y los que no).
Es decir, que el ejemplo que nuestro profesor nos puso de que Madona vende mucho más discos que Las Supremas de Móstoles me lo creo hoy, mañana no.
Está claro que no le voy a quitar mérito Chris Anderson por haber pensado esta teoría tan maja de “La larga cola”, pero sí que voy a puntualizar que se le olvidó tener en cuenta una cosita: el espíritu delincuente de la población.
Para determinados tipo de negocios (música, películas, programas de PC, videojuegos, libros…), la “larga cola” será muy larga, pero será una línea que roce en todo momento el eje de las equis (el de abajo). Es decir, que se venderá muy poco de todo. Madona venderá tres discos: uno se lo comprará su hijo, otro ella y otro su nuevo marido. Las Supremas de Móstoles venderán tres discos: uno para cada hermanita. Y el Fnac se tendrá que dedicar a vender ordenadores y pantallas de televisión que eso no se puede bajar del Emule (de momento).
Supongo que muchos estaréis pensado que éso nunca pasará, que el Fnac siempre venderá CD’s y películas. Pues yo pienso lo contrario, que si la gente puede tener las cosas gratis, ¿por qué iba a pagar por ellas? Sí, puede que el tema de la ilegalidad tenga un cierto peso para algunas personas, pero cada vez menos. Además, cada vez hay más iniciativas legales para tener cosas gratis como el freesoftware, por ejemplo.
Con todo esto no quiero decir que lo de la “Larga Cola” sea una mentira o deje de funcionar, porque si nos ponemos a pensar aunque Madona deje de vender discos físicos seguirá teniendo más descargas que otros menos afortunados. Con lo que sólo habría que cambiar los valores representados en el gráfico para que volviera a tener sentido.
¡Viva las cosas gratis!
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